En 1964 comienzan a darse los primeros pasos de la historia institucional del Colegio María Auxiliadora de San Luis, a pesar de que la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora había decidido que, por entonces, no fundaría ninguna otra casa.
Juntando las manos y mirando al cielo exclamó “¡Gracias a Dios, gracias a Dios!”[1]. Con esta expresión Monseñor Carlos María Caferatta recibió a las Hermanas Ángela Foschiatti, Aurelia Galvarini y Leticia Galleti en el que fue su primer encuentro, el día de la Inmaculada Concepción de 1964. Monseñor Caferatta, quien contó con orgullo que alguna vez tuvo el honor de celebrar misa en el propio “Altar de Don Bosco en Turín”, fue quien intercedió ante la Madre General Ángela Vespa para que diera su consentimiento a la apertura de una nueva casa.
Las Hermanas llegaron a San Luis el 30 de noviembre de 1964 trasladadas en auto desde Mendoza por una familia colaboradora, fueron recibidas por un gran benefactor de la obra, el Reverendo Padre Director de Don Bosco, Roberto D’Amico, que pidió expresamente que su nombre no quedara registrado porque se consideraba un simple instrumento de la Auxiliadora, “a pesar de su humildad cada piedra y cada rincón de la casa habla de su donación”[2]. Desde que pusieron un pie en San Luis, las Hermanas recibieron infinitas manifestaciones de cariño, ya que la obra era muy esperada por toda la comunidad. Inmediatamente vecinos, colaboradores, autoridades, funcionarios de Gobierno, delegaciones públicas se pusieron al servicio de las religiosas con donaciones materiales, horas de trabajo, supervisión y construcción de la Casa.
Como la construcción no estaba finalizada las primeras Hermanas se hospedaron en un pensionado religioso frente a la Parroquia San Roque. El 1 de diciembre de 1964 amaneció lluvioso, esperaron con ansiedad la llega de las familias a inscribir a sus niñas, unos días antes en un diario local se había publicado la noticia de la apertura del Colegio y el inicio de las inscripciones para Jardín de Infantes y Primero Inferior. Al fin llegó la primera alumna de la mano de su mamá, la niña Zulma Liliana Berruetta se convirtió en la primera alumna inscripta en los registros. Luego de ella, 15 niñas más, entre Jardín de Infantes y Primer Grado. Y así, en sucesivas jornadas se fueron completando los cupos. Muchas personas consultaban por vacantes para otros grados que aún no se habían creado.
La vida de las Hermanas transcurría entre el duro trabajo y la devoción a María Auxiliadora, que día a día daba muestras de su amorosa intercesión. Concluida la tarea de inscripción las Hermanas regresaron a Mendoza.
La llegada definitiva
El 3 de febrero de 1965 a bordo de una “Estanciera”, el Prefecto del Colegio Don Bosco, Padre Francisco Borja González fue a buscar a la antigua Terminal a cuatro hermanas que venían en un ómnibus de línea. Ellas eran: la Hermana María Rotger Consejera Inspectorial y Directora de San Nicolás, la Secretaria Inspectorial Hermana Aurora Pallares, la Hermana Juana Mina que sería la primera Directora de la Casa y la Hermana Olga Soto. Más tarde llegarían las Hermanas Pierina Viarengo y Lidia Rodríguez Soto.
La Casa estaba en plena construcción y los trabajadores se sorprendieron de verlas llegar con intenciones de instalarse, así que les acondicionaron un cuarto, un baño y la cocina. Como los muebles aún no llegaban, el Padre González solicitó ayuda y el ejército ofreció camas y colchones para pasar las primeras noches. Los vecinos muy solícitos contribuyeron con algo de vajilla y enseres. Y así dando gracias iniciaron el camino.
Transcurrieron los primeros días de mucho trabajo. La ayuda se multiplicaba como así también las donaciones. El colegio se fundó sobre un terreno donado por el Gobierno de la Provincia, por intermedio del Señor Interventor Ingeniero Luis Garzo, por un pedido de su esposa, María Rosa Giménez, ex – alumna del Colegio de Almagro.
Hubo dificultades para concluir la primera etapa de la obra, pero nunca se perdió la confianza en la generosa providencia.
Y se inició el Colegio…
El 16 de marzo de 1965 a las 9 de la mañana y a pesar de las inclemencias del tiempo, se dio inicio oficialmente al primer Ciclo Lectivo de la Institución. Todos se congregaron en la galería del Colegio, las pequeñas junto a sus padres seguramente sentían toda la emoción que significaba el inicio de su vida estudiantil, siendo además, parte del comienzo de la vida del Colegio. Eran 37 niñas en Primer grado inferior y 36 en Jardín de infantes.
Fue un acto sencillo pero emotivo, resonaron por primera vez las estrofas del Himno Nacional Argentino y seguidamente la Hermana Directora Juana Mina les dio la Bienvenida y presentó al personal de la casa. En este acto simbólico y significativo se da inicio a la obra. Las actividades comenzaron a pleno en el mes de abril debido a los atrasos en la ejecución de la obra.
Antes que el Colegio, en febrero de 1965, comenzó el Oratorio, que se fortaleció con el comienzo de las actividades, a él también asistían chicas que no eran alumnas. El espíritu oratoriano del Padre Don Bosco impregnaba todos los espacios de la casa. También se constituyó la Unión de Ex – alumnas y la Unión de Madres que organizaban eventos para recaudar fondos y dar a conocer la Escuela, tales como “Té infantil”, obras teatrales, peñas folklóricas, desfiles de modas, ornamentación de vidrieras, entre otros con el propósito de colaborar en todo lo que pudieran al crecimiento de la obra por el bien de las niñas.
El Colegio se iba dando a conocer y ocupando un lugar en la comunidad de San Luis. Durante los primeros tres años, fue creciendo en número de alumnas y en propuestas y actividades. Los papás también constituyeron una “Unión de Padres”, qué sumó esfuerzos a la de las Madres para contribuir al crecimiento institucional. También las hermanas ofrecían talleres para jóvenes de Corte y Confección, de Dibujo y Pintura.
En los primeros cuatro años el Colegio fue creciendo en número de matrícula, en la terminación del edificio y en las propuestas a la comunidad. El 19 de abril de 1969 inician sus actividades el grupo de las “Exploradoras Argentinas” y en junio se oficializa el “Batallón Azul y Blanco” con un imponente acto en las instalaciones del entonces GADA 161, con la presencia de autoridades locales.
En ese mismo prolífico año mil novecientos sesenta y nueve, se inicia la construcción del Patio, núcleo central de nuestro querido colegio, en él, infinidad de chicas y chicos compartieron juegos, alegría, amistad, valores y anhelos. Durante esos primeros tiempos la escuela funcionaba en dos turnos debido a que no había el suficiente número de aulas para todos los grados.
Los primeros años del Colegio dan muestra del crecimiento de la Institución y de su compromiso con la Diócesis. También da frutos en vocaciones, varias jóvenes de la comunidad ingresan en el Aspirantado.
En 1971 egresa, en el Nivel Primario, la primera promoción de 35 niñas que pasan a formar parte de la Unión de Ex –alumnas. Como el colegio aún no contaba con el Nivel Secundario, las niñas lo completaban en otras instituciones.
El 1989 se puede concretar el sueño de cerrar la galería superior y construir un aula más, lo que permitió la unificación del nivel inicial y primario en el turno mañana. También se crea el cargo de Vicedirectora de Nivel Inicial y Primario que fue ocupado por la docente Clementina Poggio de Carrizo.
El Colegio crece y sus necesidades también, hace falta una Capilla más grande en donde celebrar la Eucaristía y como todos los sueños de esta Casa se fueron concretando paso a paso con el esfuerzo de toda la comunidad y por la intercesión de la Madre Auxiliadora que fue proveyendo a la Institución de manos y corazones generosos que pusieron todo su empeño en el logro de esos objetivos. Es así que, en un solemne acto, presidido por el entonces Obispo diocesano Monseñor Juan Rodolfo Laise, se colocó la “Piedra Fundamental” de nuestra Capilla el 24 de mayo de 1980. Ese sueño se concluyó con la inauguración de la misma el 19 de mayo de 1985.
Fueron años de mucho trabajo conjunto de Hermanas y Padres. También de formación en el carisma lo que hacía más intensa y comprometida la labor de todos, dando abundantes frutos en el crecimiento de la casa.
En 1990 el Colegio cumple sus Bodas de Plata con un gran festejo en el por entonces Cine Teatro Roma. Compartieron la celebración las casas hermanas de Mendoza, Rodeo del Medio, Luján de Cuyo, San Juan y Colonia Vignaud.
La concreción de un sueño anhelado por todos
El 6 de junio de 1991 un grupo de padres comprometidos con la Institución constituyen, a instancia de las Hermanas, la Fundación Madre Mazzarello que tenía por objetivo materializar un ansiado sueño de toda la comunidad educativa, como lo era la incorporación del Nivel Secundario al proyecto educativo del Colegio María Auxiliadora. En el mes de octubre de ese año en una Asamblea de Padres se informó acerca del parte de avance de todas las gestiones para dar inicio al Nivel Secundario. Poco después se concretan las inscripciones. El 13 de marzo de 1992, ese ansiado sueño se concreta, se inició así el Nivel Secundario con la modalidad de Bachillerato con Capacitación Laboral en Comunicación Social, siendo su primera Rectora la Profesora María Ester González de Oviedo. El Nivel Medio funcionaba en el turno de la tarde. A partir del año siguiente y con mejoras edilicias el secundario pasa a ser mixto y luego gradualmente los demás niveles también pasan a serlo. El Nivel Secundario estuvo bajo la conducción de la Fundación hasta el año 2000, en que, por razones económicas, la Congregación de la Hijas de María Auxiliadora lo asume en la gestión animación y acompañamiento.
Desde la Fundación Santa María Mazzarello se buscó la capacitación continua del personal docente y las familias, trayendo distintos profesionales como Julio César Labaké, entre otros, así también como los valiosos aportes de las Hermanas de la Congregación.
El Nivel Secundario fue creciendo año a año, en el número de alumnos, en cuanto a los docentes y al lugar que poco a poco fue ocupando en la Comunidad de San Luis. Desde un comienzo las inquietudes de alumnos y docentes, a la luz del Carisma que nos sustenta, fueron mostrando interés por el Servicio al prójimo, así primero tímidamente y luego con más fuerza, surgieron los Proyectos de Inserción e Intervención Socio- Comunitaria que posteriormente se fortalecieron y devinieron en Proyectos de Aprendizaje Servicio. El colegio se constituyó así, en la Institución pionera de la Provincia, en el desarrollo de este tipo de experiencias que redundan en un gran beneficio para el crecimiento personal de los alumnos. Todo este esfuerzo, además trajo a la Institución, grandes satisfacciones como el haber obtenido Mención de Honor del Jurado del “Premio Presidencial Escuelas Solidarias” en 2007 y en 2009. Este logro nos condujo a ser seleccionados en 2010 por CLAYSS (Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario), una ONG que brinda apoyo y capacitación a Instituciones que realizan tareas como la nuestra. Hoy los Proyectos tienen un lugar destacado en la currícula escolar, contando con una estructura de trabajo sistemática sostenida en el tiempo. Los alumnos desarrollan sus prácticas sociales en dos Instituciones de San Luis; cuatro proyectos de integración en la Escuela Especial N° 1 “Carolina Tobar García” y otro proyecto de trabajo con adultos mayores en la residencia “Los Jazmines”.
Y seguimos creciendo…
El colegio en su continuo crecimiento y estímulo a niños y jóvenes fue sumando grupos asociativos como ALVI (Amigos y amigas de Laura Vicuña) y FAMES. El primero destinado a niños a partir de los 8 años y el segundo a adolescentes y jóvenes, ambos grupos favorecen la difusión de los valores salesianos.
En el año 2014 fuimos favorecidos con la construcción de un Playón Polideportivo por parte del Gobierno de la Provincia de amplias dimensiones y que la Institución sueña con techarlo para convertirlo en un salón de usos múltiples.
En el año 2015 el colegio conmemoró sus Bodas de Oro: “Cincuenta años han transcurrido desde que comenzó todo, pasaron y pasan por las aulas, el patio, la capilla, los pasillos innumerables corazones palpitando con una fuerza incontenible, que se traduce en la sonrisa de cada niño y joven que es tocado por la Luz del que todo lo trasciende…” (Palabras de la Rectora del Nivel Secundario, Andrea Cardona). Toda la Institución estuvo en clave de celebración durante todo el año y cerró con un gran encuentro artístico del que participaron los alumnos de los Niveles Inicial, Primario y Secundario, así también como todos los grupos asociativos del colegio y que le dan identidad como Exploradoras, FAMES y ALVI. Fue una maravillosa experiencia ya que acompañaron Hermanas que pasaron por el Colegio a lo largo de los cincuenta años, docentes jubilados y exalumnos.
Somos parte de esta historia, María Auxiliadora eligió esta tierra puntana para cuidar a sus hijos, para pasearse por esta casa, para bendecir a esta comunidad con el carisma salesiano vivido con la presencia de las Hijas de María Auxiliadora en el Colegio.
La obra educativo pastoral es vivida actualmente en misión compartida entre las hermanas y los laicos. Desde hace años las Hijas de María Auxiliadora vienen formando a los Equipos de Animación, Gestión y Acompañamiento de cada colegio, para que en fidelidad al carisma salesiano sean continuadores de la obra, aun cuando las hermanas no puedan estar físicamente presente en ellas.
En el año 2019 la Hna. Inspectora Adriana Gómez anunció la partida de la comunidad de hermanas de la Ciudad de San Luis, y el paso a la gestión laical del colegio que continua bajo la guía y el acompañamiento permanente de las Hijas de María Auxiliadora.
Actualmente, respondiendo al carisma salesiano con corazón oratoriano y atendiendo a las normativas Nacionales y Provinciales, nos abocamos a consolidar nuestra Propuesta Educativa Salesiana basada en tres principios fundamentales: el valor supremo de la persona, la centralidad del alumno y el estilo de gestión en misión compartida entre religiosas y laicos, cuyo objetivo es fortalecernos en identidad, en el ejercicio responsable de la ciudadanía y la corresponsabilidad de todos los miembros de la Comunidad Educativa Pastoral.
Qué nuestros Padres Fundadores nos sigan dando las fuerzas para mantener viva la llama de sus sueños, en medio de los niños y jóvenes.
[1] LIBROS 1 Y 2 Crónicas del Colegio María Auxiliadora San Luis.
[2] Idem 1